El Archipiélago de las Galápagos es sin dudas uno de los sitios naturales mejor estudiados del mundo. Desde que el gran naturalista Charles Darwin realizó en él sus investigaciones y escribió su obra cimera El Origen de las Especies, este grupo de islas ha estado en la mira de la comunidad científica, quien ha intentado no sólo descifrar las incógnitas de su peculiar naturaleza, sino también protegerla de los peligros que lamentablemente la amenazan.
Una de las historias más emotivas de este noble empeño en favor de la conservación, ha sido la de la batalla por la supervivencia de una especie emblemática de las islas y que le da nombre al archipiélago, un tipo de tortuga galápago que fue nombrada y reconocida en todo el planeta como elSolitario George.
El Solitario George era una tortuga gigante de la subespecie Chelonoidis nigra abingdoni. Lo que lo hacía muy especial y provocó que las miradas de todo el mundo se enfocaran en él, es que era el último individuo de su antiguo linaje, la última esperanza del hombre para no incluirlo en la cada vez más larga lista de las especies extintas.
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